20240118glycs

Érase una vez, había un pequeño cerdo llamado Wilbur.
Nació en una granja y pasó sus días jugando en el barro y comiendo todo tipo de deliciosas golosinas.
Un día, Wilbur escuchó que su dueño planeaba venderlo al carnicero. Wilbur estaba aterrorizado al pensar en ser convertido en tocino, por lo que decidió huir de la granja.
Cuando Wilbur se abrió paso por el bosque, se topó con un grupo de animales amigables. Lo dieron la bienvenida con los brazos abiertos y le mostraron una nueva forma de vida en su santuario pacífico. Con sus nuevos amigos, Wilbur aprendió a explorar cosas nuevas, como la naturaleza y el arte. Pasó sus días jugando y relajándose bajo el sol, nunca se preocupó por ser vendido al carnicero. Finalmente, Wilbur se dio cuenta de que nunca quiso dejar su nuevo hogar con sus amigos animales. Había encontrado un lugar donde podía ser él mismo y vivir su vida en paz. Al final, Wilbur vivió una vida larga y feliz con sus amigos, siempre apreciando los recuerdos de sus aventuras en el bosque. Y aunque nunca olvidó su pasado, sabía que había encontrado su verdadero hogar con los que lo amaban.